viernes, 12 de septiembre de 2008

SONIDO

SONIDO
El mundo material que nos rodea se estructura en función de dos términos: materia y energía. Ya se ha estudiado cómo se puede transferir la energía de un punto a otro o de un cuerpo a otro. Ahora se aborda la forma más habitual de propagación de la energía en la naturaleza: las ondas y, en concreto, la propagación de las ondas sonoras en los diferentes medios materiales. Los fenómenos ondulatorios que podemos encontrar a nuestro alrededor son numerosos, pero, sin duda, los más frecuentes son el sonido y la luz (que a diferencia de las ondas sonoras, puede propagarse por el vacío). ¿Por qué algunos sonidos son más intensos que otros? Hay muchas razones, pero la causa principal es atribuible a la amplitud. La amplitud de un sonido es el máximo exceso de presión (o presión sonora) en cada ciclo. En el caso del ruido o de los sonidos aperiódicos, la amplitud puede estar cambiando continuamente. En este caso se acostumbra a obtener algún tipo de promedio. Existen varios enfoques para el análisis de la sonoridad, que pueden hallarse en otro documento que acompaña al presente sobre Niveles sonoros. Una oscilación que se propaga en un medio (con velocidad finita) recibe el nombre de onda.
Dependiendo de la relación que exista entre el sentido de la oscilación y el de la propagación, hablamos de ondas longitudinales, transversales, de torsión, etc. En el aire el sonido se propaga en forma de ondas longitudinales, es decir, el sentido de la oscilación coincide con el de la propagación de la onda.
Cualquier sonido sencillo, como una nota musical, puede describirse en su totalidad especificando tres características de su percepción: el tono, la intensidad y el timbre. Estas características corresponden exactamente a tres características físicas: la frecuencia, la amplitud y la composición armónica o forma de onda.
El sonido es el resultado de una perturbación que se propaga en un medio elástico. Por ejemplo cuando en alguna región del aire se produce una perturbación de presión, por ejemplo en la forma de una compresión, dicha región tiende a expandirse hacia las regiones vecinas. Esto produce a su vez una compresión en dichas regiones, que volverán a expandirse creando una compresión más lejos todavía. Este proceso se desarrolla en forma continua haciendo que la perturbación original se propague a través del aire alcanzando en algún momento la posición que ocupa algún receptor (por ejemplo un micrófono o un oído).
Para comprender los sonidos que capta el oído humano analicemos, esta al ser puesta en vibración, provoca en el aire, compresiones y refracciones sucesivas que se propagan por dicho medio, en forma semejante a lo que sucede en un resorte cuando vibra en dirección longitudinal (como se mostró en la parte de Ondas).

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